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La industria del sexo y la trata de personas








La pornografía es la sexta industria que más dinero mueve a nivel
global, con casi 100 000 millones de dólares anualmente, según la web de
finanzas estadounidense Business Pundit.

No es un sector que suela acaparar la atención de los medios, aunque
puede parecer, para algunos, un negocio incluso «glamuroso», simple,
lleno de mitos.



Sin embargo, la mayoría de las personas desconoce la falta de
garantías sanitarias, la poca o ninguna protección legal y laboral, la
explotación a la que son sometidos los actores, sobre todo las actrices
y, lo peor, desconocen que la industria pornográfica está estrechamente
relacionada con la prostitución y la trata.



Gail Dines, una respetada académica, en su libro Pornland: How Porn
Has Hijacked Our Sexuality, advierte: «Estamos educando a una generación
de niños sobre el porno cruel y violento (...), esto va a tener una
profunda influencia en su sexualidad, comportamiento y actitudes hacia
las mujeres».

La investigadora y experta en estudios de la sexualidad, Beatriz
Balona, alerta además sobre «la construcción de mitos y prejuicios», y
afirma que el desarrollo de la industria del porno ha hecho retroceder
un siglo todo lo que se había adelantado en materia de educación sexual:
«La pornografía ha generado falsos mitos, infelicidad e inseguridad».



Un estudio de la Universidad de Alberta encontró que un tercio de los
niños de 13 años admitió haber visto pornografía, y una encuesta
publicada por la revista Psychologies, en el Reino Unido, encontró que
un tercio de los jóvenes de 14 a 16 años habían visto imágenes

sexuales en línea por primera vez cuando tenían diez años o menos; el
81 % de los encuestados veía pornografía en línea en casa, mientras que
el 63 % podía acceder fácilmente a ella a través de sus teléfonos
móviles.



La cultura pornográfica no solo afecta a los hombres. También cambia
«la manera en que las mujeres y las niñas piensan sobre sus cuerpos, su
sexualidad y sus relaciones», dice Gail Dines.

No debemos perder de vista que el problema de la pornografía está
relacionado con redes de crimen organizado y transacciones económicas
internacionales a gran escala. Hay redes de comercio que explotan a
miles de esclavas sexuales para obtener grandes beneficios monetarios.
Esas esclavas son forzadas a ejercer como protagonistas de filmes, shows
en vivo, etc., y no reciben un centavo de sus dueños.



Trata, prostitución y pornografía



De acuerdo con el informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra
la Droga y el Delito (Unodc), la trata de personas «aprovecha la
tolerancia social al delito, las prácticas socioculturales propicias al
mismo y los espacios de escasa presencia institucional para penetrar en
la sociedad».

Muchas víctimas de la trata terminan en manos de las redes de la
industria pornográfica o de la prostitución. La esclavitud y la
extracción de órganos son crímenes ligados a la trata de personas en el
mundo.



En México, por ejemplo, la mitad de las personas que fueron víctimas
de trata de personas también sufrieron explotación sexual. Así lo
refiere la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de México, que
explica, en el Diagnóstico Nacional sobre la Situación de la Trata de
Personas en México 2019, que la mayoría de las personas son forzadas a
la prostitución.



«Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la
prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o
servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la
esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos», señaló el
informe.

La comisión puntualiza que la trata de personas, en más del 45 % de
los casos, incluye otros crímenes o fines. La pornografía en internet es
un ejemplo de las formas de expoliación que son posibles mediante la
trata de personas.



Tráfico sexual de menores



Jaco Booyens es el productor y director de la película recién
estrenada, 8 Días, un largometraje sobre el horrible crimen del tráfico
sexual de niños en Estados Unidos. Booyens, en su filme, intenta
hacernos comprender que el problema del tráfico sexual de niños está
profundamente arraigado en la cultura de la pornografía.



La pornografía infantil implica la explotación comercial de los
infantes, lo cual limita y obstruye su sano desarrollo sicológico,
físico y moral. El 5 de diciembre de 2012 se concretó en Bruselas,
Bélgica, una Alianza Global Contra el Abuso Sexual de Niños en internet.



La pornografía crea un clima en el cual la violencia y la explotación
de mujeres, niñas y niños es tolerada e implícitamente alentada, y
genera la demanda de tráfico sexual porque, como dice Catherine
Mackinon, profesora en la Escuela de Leyes de Harvard, «consumir
pornografía es una experiencia de sexo comprado».



Muchas mujeres, niñas y niños, que están siendo explotados
sexualmente, son traficados con el único propósito de producir
pornografía. La trata tiene la función de suministrar la materia humana
con la que se mueve la industria del sexo.



El desarrollo acelerado, montado sobre los avances tecnológicos de
una cultura pornográfica, de fuerte carga misógina, no solo promueve esa
demanda y determina sus prácticas, es la manifestación de las formas
más repugnantes del odio y de la violencia hacia las mujeres, los niños y
las niñas.



(Tomado de Granma/ Fuentes: Unodc, Play Cine ABC Café Babel)



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